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lunes, 25 de enero de 2010

¿Escribir y Meditar?


La meditación y las musas

La meditación y la escritura no son disciplinas antagónicas pero deberían mantenerse separadas. Cada una dentro de su territorio puesto que de lo contrario una anulará a la otra. Y la única que para el caso puede ser neutralizada será la meditación. A menos que el escritor decida perder el material producto de la inspiración literaria surgida a los efectos de no romper el magnetismo y continuidad de dicha sesión.
Como escritor debo reconocer que una parte de mis momentos de inspiración han surgido a veces durante una sesión de meditación. Pero esto a la vez significa el fracaso en la intención de continuar meditando. La meditación nos debe llevar a vaciar nuestra mente de todo pensamiento, a la estricta concentración en el momento presente. Y de allí en adelante nuestro viaje estará determinado por la intensidad y seriedad de las prácticas, como así también, la tendencia y capacidad que mostremos de sintonizar con lo más profundo de nuestro ser interior. Si logramos en determinado estadio de la misma un brote de inspiración que nos ofrezca una historia literaria y nos dejamos llevar por ella para no perderla, con esta actitud estaremos abandonando nuestra meditación de momento. Se trata de una elección. No pueden coexistir ambas. Y aquí deberemos hacer un paréntesis para aclarar un concepto.
Quienes hayan leído o se propongan leer mi último libro publicado, "MediMente – Meditación para principiantes", se podrán cuestionar: ¿cómo podremos congeniar el método de Control Mental de Silva con el de la Meditación Vipassana?, los cuales menciono en el libro, a título de ejemplo.
En primer lugar debemos dejar en claro que no resulta conveniente mezclar diferentes técnicas de meditación para su práctica. Se aconseja alternar las mismas de manera separada entre una y otra hasta encontrar la que más se adapte a nuestras necesidades. Pero volviendo a nuestro tema diré que a mi juicio el método de Silva no es una técnica de meditación sino un método de autoayuda y autosuperación. Ello se debe a que por medio del mismo no vaciamos nuestra mente de todo pensamiento sino que la inducimos a pensar lo que queremos en el nivel mental "alfa" donde programamos por medio de imágenes y textos todo lo que deseamos que se concrete en el nivel mental "beta". Lo cierto es que no hago demasiado hincapié en las diferencias puesto que se trata de una cuestión semántica. En el mundo de la meditación es considerada una técnica más y está bien que así suceda. Lo importante es el bienestar que pueda traer al meditador y no su nombre. En el mismo libro también explico de qué manera ambas disciplinas nos llevan a un mismo resultado por caminos diferentes.
Volviendo a nuestro tema central sobre la posibilidad de recibir un acto de inspiración durante la práctica meditativa, diré que para un escritor, al menos para mí, debe ser una difícil decisión abandonar la posibilidad de una buena historia para no romper la magia y continuidad de la sesión de meditación.
A veces también se puede dar una situación similar pero que no pone en riesgo la continuidad de nuestro ejercicio de meditación. Sucede cuando el acto de inspiración se produce luego de finalizada nuestra sesión. Es obvio que de esta manera estaremos ganando por ambos lados. Habremos terminado nuestra meditación según corresponde y de acuerdo al proceso natural de desarrollo de la misma. Después, y seguramente debido a las influencias de dicha introspección podremos aprovechar los beneficios de un momento de inspiración, situación que se da muy esporádicamente y no en todas las personas.
Para finalizar, diré que de todas maneras, personalmente prefiero poder recibir a todas mis musas en el tiempo dedicado a la literatura y bien separado del mundo de la meditación, un universo repleto en sí mismo y que deambula en una dimensión que no permite intrusos.

Rudy Spillman



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"Aún una vida feliz no es factible sin una medida de oscuridad, y la palabra felicidad perdería su sentido si no estuviera balanceada con la tristeza. Es mucho mejor tomar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad"

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