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lunes, 19 de enero de 2009

Comentando un libro


Pensamiento, Palabra, Mentalidad, Filosofía

Psiconeuroinmunobiología

La conexión que existe entre el pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano. Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.

Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante horas. La sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en la constelación hormonal.

Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

Respiración abdominal

Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la respiración abdominal que tiene por sí sola la capacidad de producir cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía ante ritmos cerebrales entre los dos hemisferios (ver Respiración en Euroresidentes).

Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos están alterando provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la respiración que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
Para ser líder, ser positivo

Siempre encontraremos razones para justificar nuestro malhumor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el como. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

Cuando nuestro cerebro da un significado algo, nosotros lo vemos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.

La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía la emisión de positrones de las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente de personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaba estas enfermedades.

Santiago Ramón y Cajal, Premio Nóbel de medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que la metafórica. Ahora sabemos que es literal: "todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro".

Cuando nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos.

Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harvard han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

Cambie hábitos de pensamiento y entrene su propia palabra. Cuando decimos "voy a hacer esto" y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia. Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.

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Bruja Curandera

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"Aún una vida feliz no es factible sin una medida de oscuridad, y la palabra felicidad perdería su sentido si no estuviera balanceada con la tristeza. Es mucho mejor tomar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad"

〜※Carl Jung※〜